Trabajo. Lunes uno de tres

Ya tenemos un lunes menos y un martes menos (ese será mañana) y feliz como una perdiz. Loca por que pase ya este tramo de 15 días y a estar tranquila con mi Inquilina, que es lo que más me importa en esta vida.

Para empezar bien el día he llegado pronto al trabajo... la sensación que tengo es de no haber faltado nunca, como si hubiera ido ayer. Pero no es así, porque a la vez tengo otras sensaciones un poco melancólicas de cuand estaba embarazada! cuando iba al materno a las ecografías. Ay! cuando era una mujer habitada. Mi bebé fue haciendose un palacio dentro de mí, hast que se le quedó pequeño y quiso nacer. Reconozco que aunque es un poco incómodo, me encantaba estar habitada, la sensación de SER... no sé... no sé explicar tanta emoción. Ay mi inquilina, pobre de ella, que no le queda mucho para ser la inquilina mayor... ya veréis que en poco tiempo os cuento que de nuevo mi cuerpo vuelve a estar habitado... Estará mi inquilina menor :), jijiji

Volviendo al mundo real.

Cuando he llegado al trabajo me he encontrado un tanto perdida y la nueva técnico que pensaba me sustituía, se ha quedado, me ha dado una cálida bienvenida y me ha puesto al día en un santiamén. Cosa que por un lado me ha gustado mucho pero por otro... No me gusta que me hayam quitado el puesto. No me lo han quitado del tirón... Pero casi, eso creo yo y quizás lo haya exagerado.

Una compañera me ha indicado cuál era mi trabajo para hoy y para el resto de los quince días que me quedan en el laboratorio... y bien.

Lo malo. Me he dado cuenta de que me encanta mi trabajo. Me encanta.