domingo, 20 de mayo de 2012

La vida con bebés continúa!

Resulta que desde hace un mes, desde que nació la niña, no habíamos salido a comer a la calle, no habíamos casi ni salido, sólo paseos... y nada más. Entre hacerse a esta nueva vida, las tomas, la niña... la falta de sueño o las fracciones de sueño... todo junto, hacía poco propicio salir a dar una vuelta y comer en el centro de la ciudad, retomar la vida de antes... Hasta el sabado.

Resulta que ahora hay aquí en Málaga una nueva iniciativa en que algunos restaurantes hacen una tapa original para participar en un concurso, la tapa no vale más de tres euros y viene incluido en el precio un buen vino, o una buena cerveza. Pienso que está muy bien en precio y la iniciva. Es una buena excusa para hacer algo diferente y conocer sitios nuevos, restaurantes y una buena manera de contribuir a mi educacion de paladar.

En conjunto el día fue maravilloso, y después de todo el embarazo, me tomé una copita de vino... madre mia qué bueno estaba, me encanta un tinto cuando hace frsquito, y el frio aquí en Malaga ha llegado de golpe, ese día empezó y yo, primera vez que lo reconozco, no estaba preparada e iba por la calle hecha una Littlebird (pajarito) ¡qué frio! Esque una blusita y una chaquetilla... no es ropa, tenía que haberme abrigado más, pero en fin... ya pasó, y no es que me fuera a morir del frio, solo es que se está muy bien estando calentito.

Mi compañera de piso si que iba abrigada, se portó genial sin dar ni un ruido, tan solo protestó para comer. Angelito! qué mona que es!

Hacía tanto tiempo que no bajaba al centro que no sabía nada de la obra de la plaza de la Merced, vaya con la obrita! han peatonalizado toda la plaza, han cambiado árboles, han cambiado bancos y demás, han arreglado la zona sustancialmente y tenemos ahora una plaza bastante más bonita y aocjedora, sobretodo lo que tiene es la amplitud, con ello me quedo yo. Tiene unos bares muy pequeños en un lateral (una tetería, un bar normal, una cafeteria... en fin) que pueden poner sus mesas fuera, más espaciosas, y no como las tenían antes en medio de la acera molestando al que va andando. La plaza ha ganado mucho desde que quitaron el botellon de allí. Ayyy qué joven cuando los botellones. Cuando los cambiaron de sitio ya dejó de gustarme.

El sábado pasado se me olvidó que soy madre, quiero decir, no me vi como madre, me vi como persona (que no mono... jejejej). Me despejé bastante y volví a lo que yo soy, creo que me hacía falta eso para terminar de aterrizar. Me sentía enfrascada en una situación bonita, pero sentía muy dentro que echaba de menos nuestra vida de antes, salir a comer, ver gente y no a visitas tras visitas tras visitas... Y ver que puede ser compaginado con la presencia de la bebé... Me gustó aun más.

Aprendimos que con un bebé también se pueden hacer cosas, la vida sigue. No de la misma manera, pero más o menos, a otro ritmo. La vida no acaba con la llegada de un bebé. Las noches dormidas sin interrupción sí. Pero ese es otro tema.

Terminamos el día con un cafelito en una cafetería muy calentita. Si hubiera llovido esa tarde, habría sido el final perfecto.

Aunque final perfecto hubo. Mi bebé no necesitó ayuda de biberón después de su toma. Para mí eso es lo mejor de todo.

Y esque si no se hace nada, si nos quedamos en casa, viendo pasar las horas de tres en tres, a veces cuatro... durmiendo toda la mañana, sólo haciendo carantoñas a la niña... creo que no nos aguantaríamos al terminar la semana.

Y esque la lactancia materna es algo que merece otra entrada... es tooodo un mundo

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