Hay que ver cómo son las cosas!

Eso es... hay que ver cómo son las cosas.

Ayer estaba yo disfrutando de una buena sesión de peluquería y me llamaron del Materno infantil para informarme de que los resultados de los últimos análisis han salido nada más que regulares y que estoy en un riesgo de cada ochenta de tener un bebé con problemas. Ellos consideran este riesgo alto y que habría que hacerse más pruebas.

Esta noticia me sentó como un guantazo en toda la cara. Pero ¿qué le podemos hacer? Nada... Preocuparse es completamente inevitable, y venirse abajo... Pues también.

Después de enterarme llamé corriendo a mi marido para contárselo; a él también le sentó fatal.

Cuando llegó a la casa después de trabajo todo el ambiente estaba sumido en un gran silencio... yo no quería hablar y no quería que me hablaran (sentía como si lo hubiera perdido todo)... Pero sonó el timbre, eran mis padres y luego les siguieron mis suegros... entonces no tuve más remedio que hablar. He de decir, que esa visita me encantó... nos estaban diciendo que están ahí a las duras y a las maduras... cosa que me hizo sentir muy arropada.

Sin embrago, mi cabeza iba y venía... no sabía qué pensar, ni qué hacer.

Es curioso que si te sientes arraigada o vinculada a alguien, cuando ves que lo vas a perder, o que puedes llegar a perderlo, sientes que el vínculo que hay es mucho más fuerte. Me pasa con esto.

Me siento muchísimo más vinculada a mi bebé que nunca.Ese vínculo exístía... Pero no era tan fuerte como ahora. Ahora estoy más segura aun de que quiero que esto salga bien. No es que antes no estuviera segura, pero me venían pensamientos tales como ¿seré buena madre? hay que ver dónde me he metido... y cosas así que son meras tonterías. Ahora se presentan cosas serias de verdad.

Dentro de poco me voy a hacer la prueba de la amniocentesis, y veremos a ver qué pasa. Una de dos;

O sale bien

O sale mal

No hay otra