domingo, 20 de mayo de 2012

El día en que me mangué un pañal

Concretamente el día fue ayer. No creáis que me siento orgullosa... Pero ¿qué le vamos a hacer? Esposo compró doscientos pañales (sí sí... sin exagerar, fueron doscientos) para la inquilina, que no le falte nada de nada, y claro... Por uno... no me voy a comprar una super bolsa para seguir sumando número en pañales. Ya mismo nos podemos montar una tienda.


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Últimamente no me llevo para pasear por la calle con mi inquilina la bolsa con sus cosillas para cambiarla en cualquier sitio. Mi plan, normalmente es el que sigue; Vamos las dos, la una colgada en la otra y la otra colgada por la una contemplándonos, vamos por la calle ensimismadas en cuentos, cancioncitas y alguna que otra risa que termina en una siesta por parte de la inquilina de las que hacen época (¿se aburrirá de mis historias? Puedo pensarlo porque es tan profundo el sueño que he podido descolgármela, ponerla en el peso de la farmacia, volvérmela a colgar y charlar un poco... y ella frita como una marmota todo el tiempo hasta llegar a casa) Como veis en este plan diario, no entran bolsos gigantes, ni esas cosas. Sólo mi bolso, la cangurera, mi inquilina y yo... ¡ala, a la calle!

Total, que de paseo en el coche, camino a un centro comercial, empieza a venir un pestecillo inusual para mí, porque además últimamente no gozo de sentido del gusto ni del olfato, descolocada y desorientada me hayo. Si sin tener olfato me llegó el olor ¿Cómo sería en realidad para el que oliera a la perfección? La bebé, efectivamente, estaba cagada (que mi abuela no lea esto... que dice que está muy mal dicho... Pero es así... estaba cagada, ella prefiere que diga que "había hecho popó" ¿hay algo más ñoño? Por favor!!)

No era una cagada normal, era una buena cagada y yo sin pañales. En medio de un centro comercial. Esposo, Inquilina y yo procedimos a comprar un paquete y se nos vino a la cabeza la idea "sólo uno" a lo que yo le pregunté.

- ¿Hay algo más cutre que mangarse un pañal?

Y él me respondió seguro de lo que decía, sin pestañear y con un tono de voz con peso de verdad y convicción - Sí que lo hay... Mangarse dos.

Me salió una sonrisa nerviosa, y a ello fuimos. La sorpresa fue cuando nos dimos cuenta de que NO éramos los más cutres del mundo, retrocedimos en el ranking de la cutricidad. Uno de los paquetes estaba abierto, y volvimos a nuestro puesto en el ranking cutre cuando vimos la talla. Era una talla más, pero bueno ¿qué le íbamos a hacer? Estaba allí, bolsa abierta y yo tiritando. Se me podía leer en la frente lo que íbamos a hacer! Sin llevarnos nada se me podía parar y acusarme, blanca la piel, temblor en las manos y una angustia en la garganta acentuada por una sed incontrolable.

Esposo al verme fue quien alargó la mano, tomó con total naturalidad el pañal, lo metió entre nuestras cosas y procuramos salir de allí lo más rápido y natural posible. Sin hablar a penas dimos un par de vueltas para "despistar" y luego nos fuimos. Un par de llamadas del guarda hicieron que mi estómago se estrujara provocándome ganas de gritar HE SIDO YOOOO, pero no eran para nosotros (uff)
Afortunados los tres salimos de allí.

En el coche cambiamos a la inquilina y le pusimos su pañal de una talla más y no le quedaba muy grande, esto quizás nos esté indicando que vamos a tener sobras de pañales... Porque en serio, parece que vamos a montar una franquicia de pañales Dodot.

Al final acabamos bien, no nos llamó seguridad para nada y bueno... no somos los más cutres por dos razones.

1. El paquete ya estaba abierto, quiere decir que ya fue alguien antes que nosotros
2. Nos llevamos uno... no dos

Pero somos cutres que te cagas por una razón muy importante
Nos mangamos un solo pañal (que haya ido antes uno a mangárselo no nos exime de nuestra cutricidad) que era de una talla más de la que usamos.

Menos mal que no volvió a cagarse... ¿se le hubiera salido? Espero que no... ya no lo vamos a comprobar, desde luego que no :)

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