El pensar que sólo quedan siete semanitas si Mi inquilina no se adelanta, me llena de nervios,
¡¡Esque no tenemos nada!!
La niña ya pesa más o menos sus dos kilillos, el martes lo sabremos con seguridad y mi barriga está considerablemente más grande.
Mi inquilina se mueve tanto que me asusta, porque como sea tan inquieta fuera como lo es aquí dentro, nos vamos a enterar de lo que es bueno.
Curioso es que en estos momentos, dicen, que puede abrir los ojos, y que puede escuchar y sentir. Tengo ganas de tenerla aquí. Tengo curiosidad por eso que llaman Maternidad
Mi inquilina se mueve tanto que me asusta, porque como sea tan inquieta fuera como lo es aquí dentro, nos vamos a enterar de lo que es bueno.
Curioso es que en estos momentos, dicen, que puede abrir los ojos, y que puede escuchar y sentir. Tengo ganas de tenerla aquí. Tengo curiosidad por eso que llaman Maternidad
No puedo evitar sentir un poco de nostalgia al mirar atrás. Mi embarazo poco a poco ha ido madurando y ahora estamos llegando al final. Y me asusta sobremanera
¿Por qué? Cabe preguntarse. Pues muy fácil, por varios motivos, en primer lugar es el cambio de vida más grande que vamos a hacer. Dejamos de ser dos para ser tres y ya no estaremos solos nunca más hasta que seamos viejitos, esa niña tendrá algún día una hermana o un hermano, se hará una mujer y estará en mi vida hasta que me muera igual que sus futuros hermanos. ¡Madre mia! qué fuerte. En segundo lugar es un momento, de decisiones, decisiones importantes sobre qué hacer o no hacer. Cambios rotundos... vamos a ver qué pasa.
¿Por qué? Cabe preguntarse. Pues muy fácil, por varios motivos, en primer lugar es el cambio de vida más grande que vamos a hacer. Dejamos de ser dos para ser tres y ya no estaremos solos nunca más hasta que seamos viejitos, esa niña tendrá algún día una hermana o un hermano, se hará una mujer y estará en mi vida hasta que me muera igual que sus futuros hermanos. ¡Madre mia! qué fuerte. En segundo lugar es un momento, de decisiones, decisiones importantes sobre qué hacer o no hacer. Cambios rotundos... vamos a ver qué pasa.
La auténtica verdad es que en estos momentos, vivir el embarazo es una delicia. Aunque no esté cómoda por las noches, aunque tenga mucho calor, aunque empiece a no tener tobillos, aunque la maldita acidez me despierte a deshoras, aunque empiece a tener los pies más gordos... Pese a todas las incomodidades del momento... Las cosas suceden muy lentas, los momentos son muy emocionantes y lo mejor, los regalitos, que aunque no sean para mí yo los recibo como la reina consorte porque lo que está claro es que voy a dejar de ser la reina de mi casa.
No me importa, porque estoy en un momento en que todo me ilusiona.
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