sábado, 30 de marzo de 2013

Descubriéndose a sí misma (II)

Temprano por las mañanas después del desayuno Inquilina y Madre salimos a dar un paseo por el barrio, siempre y cuando el tiempo nos lo permite.

Primero suelo vestirla a ella que es más impaciente, y luego yo. Me encanta porque se me queda mirando. Observa cada movimiento y me sigue gateando, vaya a donde vaya. Le gusta ver cómo me visto, qué me pongo y qué no, algunas veces se distrae revisando mi vestuario mirando mis cajones de ropa.

Pero cuando me peino y maquillo le encanta estar ahí al lado, mirando, aprendiendo y absorbiendo cada cosa que hago. Ve que empiezo a peinarme y ya se viene conmigo, algunas veces se despista con otras cosas que considera hiperinteresantes, es normal. Pero me hizo gracia ayer.

Me estaba pintando y ella, distraida con el estuche de pinturas, no se dio cuenta pero me pinté los labios, cosa que hago muy pocas veces y cuando me pinto me veo muy arreglada para dar un paseo, ayer tenía ganas de verme medio arreglada. Últimamente me pasa eso... esa es otra entrada, pronto hablare de ello.

La cosa es que se me ocurrió pintarme los labios, al no estar acostumbrada mi Inquilina a verme así, al cogerla en brazos para largarnos a la calle de paseo, me la veo mirando muy interesada y concentrada mis labios, era como cuando te detienes en el camino porque "algo" fortuito se ha cruzado en tu mirada y quieres mirar. Una sonrisa preciosa asomó a sus labios y me miró con cara suplicante, subiendo levemente las cejas y apiñando su boquita de piñón  me dijo sin decir "Mami yo también quiero"

Me di cuenta de que uno de los silencios silenciosos que están ahora tan a la orden del día... será en una sesión de automaquillaje inquilinoso (Adios a alguna que otra barra de labios, adiós a algún que otro rímel (sonrio al escribir esto)... Impaciente estoy y por ello ya he guardado en una bolsita un resto de lapiz de ojos, un pintalabios que casi está terminado y el culillo de un colorete.

Algún día, el pintarse para ella dejará de ser un juego, querrá estar guapa, se querrá arreglar como yo me arreglaba de joven. Querrá conocer gente y dará pasito a pasito cabida a una independencia que ahora no quiero ni pensar...

La verdad es que estoy muy contenta disfrutando esta niñez y esta vuelta a la infancia, porque para mí... Esto es volver a mi infancia, hay matices que lo cambian todo (la edad y demás) y ¡vuelvo a jugar! ¡vuelvo a cantar! ¡vuelvo a imaginar un mundo mejor!

Y lo mejor es que me estoy enfrentando a muchos miedos pasados y olvidados... han vuelto para ser aniquilados.

Os digo feliz y contenta que, muy poco a poco ellos están haciéndome crecer fuerte.

Como dije en un twitt; Todo se resume en una cosa, ella, mi Inquilina, me ha hecho y me hace cada día mejor persona, mejor mujer... hace de mi un todo mejor.

¿No os ocurre a vosotras? ¿No pensáis que son el motivo real de cada día para mejorar y mejorar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario. Siempre es un placer verte por aquí, conversar e intercambiar experiencias, es lo que hace rico este blog. Un beso