sábado, 12 de mayo de 2012

No pude esperar y me hice el test de embarazo


No pude esperar mucho más y el pasado sábado me hice la prueba.

Después de una buena siesta, me levanté muy decidida y dio positivo.

Sí, sin lugar a dudas, las dos rayas rositas aparecían en la pequeña pantalla. Lo miraba una y otra vez... No imaginaba la sensación de qué era ver un posotivo y más curioso aun, no sabía cómo sentirme. Primero nerviosa, luego asustada... un temblor me recorrió el cuerpo... Luego reaccioné (todo en una fracción de segundo)

Una oleada de pensamientos y sentimientos se abalanzaron sobre mí, como si me hubieran echado encima un cubo de agua. Calor, sed, el corazón a mil... Me tuve que sentar en el suelo del cuarto de baño. bebí agua del grifo del bidé y me encaminé a enseñárselo a mi marido, quien estaba librando una dura batalla baloncestística por internet con un amigo. Al ver la pantallita me miró con cara de "¿y?"

Y se lo expliqué... y, como poseido, siguió jugando esa batalla asimilando, respirando... yo, me hice un té y me fui a la terraza, a meditar... Es una noticia muy importante como para seguir tu vida como si nada.

Es una noticia que es una bomba en el momento. Ten en cuenta que cinco segundos ha cambiado todo el concepto... ahora estás siendo habitada por un pequeño, pequeñísimo individuo... un pequeño habitante late dentro de tí

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