viernes, 12 de julio de 2013

Vamos caminando y ¡zas!

Érase una vez una Inquilina que empezó a andar, y pasito a pasito empezó a "andar más rápido".

Y esque en el parque al pasarlo tan tan bien con sus amiguitos nuevos, se vuelve loca. De este modo se va soltando poco a poco.

El domingo pasado fue quizás uno de los mejores días de su vida. Jugar sin parar en la piscina, agua va, agua viene con los niños de mi comunidad, los de su edad.Y por la tarde más desenfreno en el parque subiendo y bajando de la chorraera (tobogán)... Esa noche durmió genial.

Así que, el lunes en la mañana, al verse más suelta se confió y ¡zas!, golpe que te crió. No podía ser en en un sitio normalillo, no... Ella se dió bien en pleno párpado.

Sangre en su cara, llanto desgarrador y yo aquí. En medio de mi salón paralizada. Parálisis que me duró un segundo, porque tenía que reaccionar. En un plis le lavé la cara para ver bien la herida y respiré, pues a primera vista parecía que había sido en el ojo ojo y resultó que no era así (menos mal). 

Después la calmé y calmadas las dos nos fuimos al médico. 

Al llegar allí nos atendieron super rápido, yo creo que nos colaron. La reconocieron y me dijeron que debían echarle dos puntillos pero pensaban que mejor era que la viera un cirujano por ser un golpe en la carita. 

Mientras venía el cirujano, esperamos en la sala de espera. Ella como si nada jugaba con los demás niños malitos que habían allí, pero yo la notaba tristona (normal después del viaje que se pegó) de vez en cuando venía y me abrazaba, luego volvía y así, toda tierna, hasta que nos llamaron.

Qué mal rato pasé, me salí de la sala de curas donde le iban a coser, porque me estaba mareando y me senté a esperar, nerviosa como yo sola comencé a llorar como una niña. 

Sentí miedo, sentí que tenía que haberla no sé... Tenía que haber evitado esa caida y no supe. No esperaba que sucediera y ¡zas!

Sucedió

Me sentí mala madre

Cuando salió, más callmadas las dos, me lanzó sus brazos y una sonrisilla. Luego empezó a llorar y mis lágrimas de nuevo salieron. La pediatra me tranquilizó y me aseguró que eran caidas normales y que no me preocupara.

Ya pasó, desde luego parece que yo lo pasé peor que ella, a quien hoy en día se le ha olvidado mientras yo aun le ando dando vueltas.

Pobre mi niña pequeña.


2 comentarios:

  1. Pobrecilla y pobrecilla tu tambien q menudo sustazo. A veces por mas q lo intentemos las caidas son inevitables, no nos da ni tiempo a reaccionar.
    Espero q mejore super rapido y a ti se te vaya pasando el sustillo.

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  2. Hay caídas tontas que pasan y además tienen que pasar porque así aprenden a que no todo es gomaespuma en el suelo. Les ayuda a coger confianza y conciencia de quienes son y cómo deben hacer.
    Es verdad que nosotras nos podemos sentir malas madres por no haber adivinado que podía suceder una caida, pero no hay que darse mal, son cosas que pasan. Y se quedó en un susto. Respira. Lo estás haciendo bien.

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Gracias por tu comentario. Siempre es un placer verte por aquí, conversar e intercambiar experiencias, es lo que hace rico este blog. Un beso