sábado, 29 de septiembre de 2012

Mi Inquilina Gatea

Hoy estoy feliz, ¡mi niña gatea!. 


Ayer reptaba hacia atrás, como los cangrejos... y justo hoy se ha lanzado.

Ahora recuerdo cuando se dio por primera vez la vuelta en el suelo ella solita y lo viví como un superpaso en su evolución. Seguramente si echo un vistazo hacia atrás no ha pasado mucho tiempo. Pero a mi me parece que ha pasado una eternidad. 

Cuando le salieron los dos primeros dientes... flipé

Y zas! Me encuentro con este nuevo paso que ha ido poco a poco. Al princicpio ella sólo se sostenía con los brazos y levantaba su tronquito. Un día se dio cuenta que al empujar los brazos se chorraba para atrás y con el culillo como timón recorría el salón de casa, se quedaba atrapada en las patas de las sillas del comedor... 

Ella iba investigando por su cuenta mientras yo babeaba al son de sus suspiros, sus sonrisas... de sus palabras que son y no son palabras.

En una semana (esta) ha aprendido la manera de sentarse y levantarse a la posición de gateo. Como único obstáculo lo desconocido, que en cierto modo la llenaba de curiosidad. La cara lo decía todo. Me miraba, se miraba... y paraba. Con miedo... miedo a lo desconocido... Pero como dicen por ahí, la curiosidad mató al gato y han sido mucho los cabezazos que se ha dado en el suelo probando posturitas, viendo qué podía hacer... saboreando lo nuevo como sólo se puede saborear... flipando.

Poco a poco ha perfeccionado movimientos. Una pierna se la quedaba bloqueada en la otra mientras cambiaba de postura sentada a posición de gateo. La pongo bocabajo para hacerle las cosas más fáciles... Ella empeñada se sienta y vuelve a empezar "Mami... déjame investigar... ya tengo una edad chiquilla... ¡déjameee!" Me dice con la mirada y un repiqueteo agolpado de monosílabos acompañado de un ceño fruncido y un sutil quejido. Nada... ante eso no puedo hacer nada.... hasta que hoy la he visto

Ha sabido desbloquear esa piernecita que la molestaba y tras varios intentos de arranque... se ha lanzado.

Mi Inquilina, un bracito para delante, después la pierna, después el otro bracito... y después la otra pierna... En ese instante pega un grito de emoción y se asusta de sí misma. 

LO HE CONSEGUIDO MAMIII ¡MIRAAA! Me dice emocionada con su mirada, se sienta y vuelve a hacerlo.

Es entonces cuando, entre lágrimas, me doy cuenta de la suerte que he tenido al presenciar tan importante acontecimiento

1 comentario:

  1. Ese es uno de los momentos especiales de la maternidad, y uno de los mayores logros para los bebés. A partir de ahora, no va a haber quién la pille, y en nada, comenzará a caminar.

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